Massa Vecchia: Pasión, comunidad, éxito.

Esta es la historia de Ernesto Hurtmacher, un verdadero apasionado de la bicicleta que tuvo una visión en 1985 mientras trabajaba en Zurich en el mundo de los seguros, el trabajo esperado de todo su entorno y con futuro estable y reconocido pero que tras haber sido joven promesa de la F1 y su forma de ser, no le terminaba de convencer. A Ernesto lo que le gustaba era sentir pasión, desde pequeño soñaba con vivir en el mar y tenía mucha curiosidad por deporte novedosos, las bicicletas americanas tuneadas para bajar por caminos de montaña que empezaban a llegar a Europa le atraían muchísimo. Al enfermar su hermano decidió ir a la Toscana y comprar una casa, por eso lo mandó todo al carajo para materializar su sueño.

Su visión fue la bicicleta. La buena comida. La Toscana. Montañas erosionadas con suavidad y vibra mediterránea con carreteras idílicas sin prácticamente coches. El mar. Bosques de robles y alcornoques repletos de senderos específicos de bicicleta por los que perderse. Una finca con viñedos. Buen café. Producto fresco local. Cocina italiana. Un lugar donde reunir a una comunidad que comparte una pasión, un deporte y una vida. Me considero realmente afortunado de conocer personas con una historia como la de Ernesto que ha sabido hacer de su visión, un lugar único. Una celebración del modo de transporte más apasionante, eficaz y transgresor que probablemente exista jamás. Con motivo de la convención de una de las empresas de mayor éxito en el mundo de la construcción de instalaciones para bicicletas velosolutions.com, nos reunimos 100 personas de 31 países en el Massa Vecchia Bike Hotel para la convención anual y entre todos, como aporte a nuestra comunidad, construimos una maravilla de pump track que incorpora a partir de ahora a sus asombrosas instalaciones.

Un hotel de 65 habitaciones en la fabulosa ubicación de Massa Marittima en plena Toscana italiana dedicado 100% a la bicicleta donde la argamasa que une todos los servicios e instalaciones con comunidad y éxito son los 180km de senderos dedicados a experimentar elevados estados mentales de Flow. De primeras Ernesto, con su coraje y visión comenzó a darle forma a la casa y a estos senderos de la toscana abandonados. Poco a poco suizos y alemanes amigos y conocidos de Ernesto empezaron a escabullirse del largo invierno de los Alpes para pasar unos días allí de pedales y buena comida.  Eran los 90’ y el MTB empezaba a tomar carrerilla. Los senderos empezaban a hacer las delicias de sus visitantes, pasando por allí equipos de ciclismo, que empezaban a ver la que estaba liando Ernesto. Entonces equipos de competición como el de Thomas Frischknecht fue a Massa Vecchia, siendo el ya Campeón del Mundo y le encantó el lugar, se hicieron buenos amigos y a partir de ahí la cosa se puso seria (por su hotel han pasado todos los equipos de ciclismo y mountain bike más importantes del mundo). Se dio cuenta de que esta disciplina puede inspirar a mucha gente y que cuando dejaba de pensar en si mismo y se volcaba en los demás era cuando más éxito empezaba a tener, sin darse cuenta convirtió a Massa Maríttima en un destino turístico pionero en cuanto a los viajes vacacionales en bici, con rutas guiadas en trails (senderos específicos). Se puede prácticamente decir que fue el primero en crear este nuevo modelo de negocio, de los primeros en darse cuenta de que los usuarios de la bici de montaña necesitan trails y construyó muchos de ellos en lugares preciosos y con una calidad de construcción de veras increíble. Esos senderos son los que han forjado comunidad, gracias a unir amigos, conocidos, empresas del sector, colaboradores y familia en un lugar sano, divertido, único y genuino.

Fotos Dominik Bosshard

Enseñando a viajar

El viaje de un padre con su hija de 10 años mano a mano por el valle central de los volcanes de Costa Rica hasta la costa pacífica de Guanacaste bajando desde lo alto de cumbres nubosas hasta arrecifes bajo el agua.

Para alguien que se cree muy viajado y que sabe como sacarle jugo a los placeres de conocer lugares increíbles, viajar con una niña que crece a ritmo vertiginoso es algo del todo singular, de pronto te das cuenta que nada puede asemejar la alegría de vivir de una persona con una visión tan clara y pura de la vida. Desde su primer amanecer en las faldas del volcán Arenal en el que nos despertaron monos aulladores, la percepción de lo que se abría ante sus ojos era de una presencia y naturalidad admirable. «¡Mira papá un tucán!», «¡papá papá, un colibrí!», ambos descalzos, en pijama, jet-lag, todavía medio a oscuras, yo sin saber bien donde estaba mi cabeza y en 2 minutos ya recorríamos un maravilloso bosque buscando a esos aulladores que parecían leones. Y es que me considero un ojeador bastante bueno (o «spotter» como me gusta decir), pero lo de Olivia es increíble; todo lo veía, todo se le manifestaba, todo animal se acercaba a ella (mariposas, pájaros sargentos, pavos) y todo con esa alegría, fascinación y luz en su mirada. Tres monos jugando sobre nuestras cabezas, una mamá con su bebé, algunos colibrís comiendo plátanos y pájaros de los que solo me sé los colores con un abanico de formas increíbles. Como si nada pasara y esto fuera lo más normal del mundo amanece y desayunamos jugo de mango con gallo pinto y huevos revueltos escuchando los increíbles sonidos de la naturaleza. Comienza la aventura.

Caminamos hasta la catarata de la Fortuna, un inmenso chorro de agua que se precipita sobre una montaña en colapso de tanta actividad volcánica, todo rodeado por una frondosidad y un verdor extremo. Más monos, iguanas, lo que nos pareció un perezoso resultaba ser un mono de cara blanca según nos corroboró una fotógrafa profesional con su teleobjetivo. Bajas 300 escalones hasta la quebrada y llegas al estruendo de la catarata. Bañarte en su poza no es cómodo (ojo con los más pequeños), pero lo hicimos y pasamos una mañana idílica refrescándonos de poza en poza, con más caminatas y aguas termales en el volcán Arenal. La interacción con los demás sin duda era de lo que más me gustaba ver en ella, mientras íbamos de recados por el bonito pueblecito que da nombre a la cascada, visitando mercados y hablando con gente local. Ella tan contenta, algunas preguntas sin respuesta del por qué de los carteles publicitarios así o asá, del tamaño de los bordillos, de por qué tanta policía en los bancos,… Una vez resueltos los quehaceres mi copiloto estaba listo para la acción. Manejábamos desde la Fortuna hasta el volcán Tenorio por carreteritas idílicas de este maravilloso país donde todo es vida, caballos, tienditas de madera, atajos llenos de baches y vistas maravillosas en cada curva, en cada recta. «Papi tengo sed», y de pronto un puesto de «pipa fría» (cocos helados). La combinación de escuchar en la radio salsa de calidad con la maravillosa vista de la carretera por la que íbamos con lo refrescante del coco creo que es uno de los momentos de felicidad más bonitos que he vivido en mucho tiempo.

Y es que la felicidad es el camino, no el destino. Aunque nuestro destino fuera la Carolina Lodge. Para mí, el mejor hotel de Costa Rica. Pura vida en su máxima expresión. Allí pasamos los días como si el tiempo no existiera, atrapados en un sueño más parecido al jardín del edén que a un rancho en la naturaleza. Un río salvaje en el que poder nadar y pescar durante horas, pozas calentadas de forma natural, paraíso de ornitólogos, establo para cabalgar temprano en la mañana o al atardecer. Encuentros con perezosos, ranas, monos, una maravillosa granja ecológica donde te animan a ordeñar vacas y hacer queso, paseos naturales, excursiones cercanas tan asombrosas como el Río Celeste, talleres de cacao, rafting, hamacas, zona de deporte y un lago con barcas para remar y pescar. Todo bajo un servicio y una oferta excelente, con comida Tica deliciosa y sana, un hotel libre de alcohol, donde todo es lindo y escuchar sus sonidos es simplemente la mejor actividad que se pueda realizar. Una estancia que deseas alargar y repetir en bucle.

Nuestra cabaña «El Tucán»

Oeste del volcán Tenorio están dos más; el Rincón de la Vieja y el Miravalles. Nuestro recorrido continuó hacia Bijagua y su fabulosa cascada, parada recomendada para ver más fauna y adentrarte en una garganta impresionante del río que le da nombre. Caminata dura para la pequeña viajera que a pesar de no llegar a la cima, llegó hasta unas bonitas pozas donde nos bañamos como dios nos trajo al mundo en un ritual de agradecimiento a nuestra bella y única Pachamama siendo los únicos turistas que andaban por allí.

Carretera y manta persiguiendo el ocaso hasta Guanacaste norte donde el Pacífico nos regalaba tonos plata, oros y madreperlas. Allí me esperaban viejos amigos y lugares muy conocidos por mis antiguos ojos azules y grises y que por vez primera veían los ojos de mi hija que son los míos nuevos (más azul y menos gris). Que sensación más bonita contarle a Olivia mi primera noche en Playas del Coco en el 2006, como conocimos a Miguel y Bari, enseñarle el lugar donde solía trabajar, vivir, donde me enteré del nacimiento de su prima Alejandra,… Cena en el Father Rooster de Ostional con camisa de flores y Olivia con su vestido colorido de playa. Brisa, arena, luces, mofetas y mapaches. Todo muy divertido. Nuestro siguiente reto; bucear con botella en el Pacífico.

Recogimos los equipos y nos fuimos a la piscina del hotel, día gris y lluvioso que no nos impidió realizar toda la teoría y práctica de lo que sería su bautismo con botella y regulador. Todas las pruebas bien, flotabilidad realmente buena, un pececillo en toda regla, tal y como me esperaba. Como padre e instructor de buceo, la primera vez que metes a tu hija en el agua no puedes fallar, ha de ser con buenas condiciones de visibilidad y marea y en un sitio lo más agradable y bonito posible en cuanto a temperatura y vida submarina. El día no acompañaba mucho. Comida en la terraza del hotel haciendo un sudoku tras otro esperando a que pasara la tormenta, a punto de tirar la toalla por que se nos hacía tarde y teníamos que devolver los equipos. Pero como en la canción de los Beatles, llegó el sol y derrapando pusimos rumbo sur de Ocotal a una playa preciosa en la bahía del pez vela. Parecía que aguantaba un poco el temporal y antes de transportar todo el material fuimos a chequear la bahía y los arrecifes aledaños haciendo snorkel. A pesar de no ser el mejor día, el agua estaba en calma, visibilidad bastante mejor de lo que me esperaba y mucha vida. Nos miramos, le pregunté si de verdad quería hacerlo y me dijo que si. Momento mágico que siempre había querido tener con ella e incluso antes de que hubiera nacido. Bajamos un par de metros para hacer el «boyancy control», hicimos un par de ejercicios de los que habíamos practicado en la piscina y a volar. Pasamos casi una hora recorriendo la pared sur del arrecife manteniendo el límite de los 10-12 metros mientras nos hacíamos señales y buscábamos morenas, peces globo, langostas, caballitos de mar, rayas, peces loro y mucho más que hubiésemos visto si no fuera un poco por el frío y demasiada sensación cuando giramos en el lado noroeste más profundo del arrecife. Pasamos un gran momento juntos bajo el agua en lo que fue una toma de contacto perfecta para siguientes aventuras. Para celebrarlo cenamos en el mejor restaurante de Playas del Coco, en el Mar Azul

Y es que los días viajando y viviendo con ella pasan a la historia de mi vida como perlas de un rosario que siempre veneraré, perlas que me recuerdan que enseñarle a viajar y descubrir otro mundo bajo el mar, a pisar sin hacer ruido y probar comida rica, conocer viejos amigos, rellenar huecos con lecturas, mapas y sudokus, compartir conversaciones y sentimientos viendo sitios que conozco a la perfección de otra vida con ella, es la prueba fehaciente de que todo lo que me ha traído hasta aquí en mi vida, ha tenido sentido.

Sal ahí fuera

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Confinamiento obligado,

solidaridad solitaria,

sinceridad egoísta.

Naturaleza creciente,

tiempo enfrascado.

Soledad que abraza,

ansiedad en evasión.

El miedo a perder la cabeza.

Viviendas afinadas de paredes delgadas,

falsas sensaciones de soledad suficiente.

Tecnología distópica,

la inacción de la reacción,

nazis de balcón.

Darnos cuenta,

expandir mentes,

meditaciones de una vida mejor.

Seguir queriendo (nos),

Libertad fracasada.

El triunfo del miedo y la discordia.

Más que nunca, sal ahí fuera.

El deporte está cambiando, abran paso a la bici.

¿Por qué un niño tiene más accesible competir al fútbol/rugby/hockey/,.. que a cualquier disciplina ciclista? ¿Por qué la inversión en instalaciones deportivas para las dos ruedas es la menor de la mayoría de los «otros» deportes? Vivimos en una época de cambios, y en el deporte, también.

Animar a que nuestros hijos compitan en bici contribuiría a crear un mundo mejor, de esto estoy seguro. Toda mi vida me han gustado mucho los deportes de equipo pero, ¿estos deportes en los que tanto se invierte pueden decir que enseñan a respetar y disfrutar de nuestro entorno con vehículos ecológicos? ¿Alguno de estos deportes, mientras sus usuarios se ponen en forma y se desarrollan como atletas, juegan, aprenden y evolucionan técnicamente mientras utilizan el medio de transporte con más futuro del planeta (mientras disfrutan del entorno natural)? Una bicicleta puede durar toda una vida, es re-utilizable y ni mancha, ni ensucia, ni erosiona (menos que las pisadas). Y me pregunto: ¡¿Qué hay mejor que una bici?!

Aquellos nacidos antes de los 90′ no sabemos lo que es desarrollarnos como personas con la vigilancia constante de un adulto, ni lo que es ir al colegio acompañados siempre por mayores. Nosotros vivíamos en barrios con espacios naturales y nuestra infancia fue sin fronteras y sin barreras (al menos deportivas y sociales). Una bici nos permitía llegar mucho más allá  (como veíamos en los Goonies, E.T. o Verano Azúl). Pero vivimos en un tiempo en el que las libertades disminuyen a un ritmo frenético y los móviles conquistan el tiempo de juego de nuestros hijos secuestrándolos de mucha de su experiencia social, natural y temporal. Hoy en día los niños no tienen fácil el salir a conocer el mundo en bicicleta. Explorar sus límites encima de una bici durante todo el día sin la asistencia y vigilancia de sus padres ha quedado obsoleto. Quizás por un exceso de coches, de inseguridad o de paranoia social nos acostumbramos a esto cómodamente entumecidos (como la canción de Pink Floyd).

Probablemente el tiempo de permitir a nuestros hijos a que vayan al colegio por si mismos ha quedado atrás. También aquellos días de verano en los que salías con la bicicleta a las 9:00 y volvías ya bien entrada la noche. Pero lo que no podemos permitir es que nuestros hijos utilicen la bicicleta solo cuando los padres eligen una mañana de sol perfecta como único día de bicicleta del trimestre. Al no tener instalaciones magníficas, con entrenadores profesionales, todo es menos accesible. No es el típico deporte en el que tienes un campo en cada urbanización, ni una competición importante en la televisión, barrio o colegio día si y día también. Probablemente muchos padres y madres puedan llevar a sus hijos a muchas actividades extraescolares pero no se si existen muchos padres o madres que puedan dejar a sus hijos en una clase en la que les enseñen a usar su equilibrio, su fuerza y su técnica para disfrutar de un medio de transporte.

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Las magníficas instalaciones de Riga pump track. Una pista de 3000 m2 en el centro de Riga, la capital de Letonia. Forma parte de una gran instalación deportiva que incluye un skatepark, un campo de fútbol, ​​una cancha de baloncesto, de voleibol y muchas otras cosas más. Más info en http://www.velosolutions.com

Si quieres que tu hijo se enrole en la competición en bici, no lo vas a tener tan fácil. Los ayuntamientos tienen un deber con la bicicleta para hacerla más accesible. Deberíamos poder dejar a nuestros hijos en escuelas de ciclismo, con instalaciones ciclistas para desarrollar habilidades concretas, con senderos específicos, conectarlas con parques, instalaciones y zonas verdes y así se acostumbren a usarlas. Es muy difícil conseguir que un niño se ponga desde temprana edad a rodar docenas de kilómetros porque quiere ser como Contador, por eso las escuelas se tienen que centrar en entretener y jugar. Y en bici no existe nada más divertido, intuitivo, evolutivo y seguro que una pista de #PumpTrack.

La gran popularidad de las pistas de inercias es fácil de explicar. Los niños y jóvenes encuentran una actividad deportiva genial donde iniciarse, el ciclista promedio encuentra un lugar ideal para practicar y los profesionales tienen un sitio de entrenamiento perfecto. Los circuitos de inercias se han convertido en áreas deportivas de usos múltiples para prácticamente cualquier cosa que ruede. Los obstáculos cubiertos de asfalto son ideales no solo para bicicletas de todo tipo, sino también para patinetes, scooters y patines en línea.

Desde niños pequeños en bicicletas de equilibrio a niños mayores, jóvenes, adultos, aficionados y profesionales y hasta usuarios de 70 años.  Estas instalaciones llevan el camino correcto para el disfrute de todos y además, están justo en el corazón de las ciudades y por lo tanto, son fácilmente accesibles en bicicleta o en transporte público.

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Aunque parezca increíble, estas instalaciones realmente están cambiando vidas. Son muy utilizadas en todas las condiciones climáticas. Los ciclistas de montaña viajan desde muy lejos para usarlas, así como los clubes de ciclismo que organizan excursiones para viajar y montar en ellas allá donde haya uno. Ciclistas normales de repente adquieren el gusto de usar su bicicleta de una manera diferente. Las madres van con sus hijos y permiten que sus hijos tengan rienda suelta formándose en este magnífico deporte. Los ex-profesionales de la bicicleta de montaña que habían colgado su bicicleta quince años antes ahora vuelven a estar en la bici todas las semanas gracias a estos circuitos. Se ha convertido en un deporte familiar mezclado con ocio y diversión. Incluso las personas que no tenían nada que ver con el deporte de la bicicleta anteriormente se han inspirado con estos nuevos circuitos de inercias, se compraron una bicicleta y ahora son ciclistas de montaña entusiastas. Incluso las tiendas de los alrededores de estos circuitos han informado de un aumento en las ventas significativo desde la apertura de su Pump Track más cercano, han montado escuelas, clubs, equipos y eventos. En vuestra comunidad, tendría el mismo impacto.

Como apasionado del deporte y de los viajes, he recorrido el mundo buscando lugares remotos donde contactar con nuestro entorno.  Montar en bici ha sido la mejor inversión de mi vida, he viajado, explorado y conocido mis límites competiendo y gracias a toda esta experiencia, he visto la necesidad que existe en España de ponernos manos a la obra con el desarrollo de instalaciones para disfrutar de esta pasión ciclista. Para que la sociedad sea pro-bicis debemos acercar y facilitar su uso. Una nueva era ha comenzado en el deporte y el abanico de posibilidades se agranda y diversifica de un millón de formas. Ojalá consigamos elevar un deporte tan necesario para nuestro modo de vida,  #pumptracks

Video: velosolutions.com #velosolutionsES #pumptracks

Erase una vez en Whistler

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Lucas Recasens, con su máxima Ride or Die en Whistler 2017

 

Necesito que el título suene como el de un cuento fantástico. Aunque este cuento que os voy a relatar es real. Quiero que suene así porque en España conseguir algo parecido sería pura ficción y prefiero relatar lo ocurrido en Whistler como si de una fantasía se tratara, al menos de momento.

Todo empezó 25 años atrás, cuando el movimiento de las bicis de montaña comenzaron a rodar fuerte por las montañas del North Shore (montañas del norte de Vancouver). Allí nació una moda juvenil, desenfadada, de movimiento vibrante y ecléctico, que se basaba en disfrutar del entorno natural de sus montañas con las bicicletas de montaña de una manera divertida. Reunía una serie de condiciones que lo hacían ser un deporte único y genuino. En esencia, muy parecido al ski, al snowboard, a la escalada o al surf. Un deporte muy ligado a la naturaleza y con un fondo noble y espiritual. Los que empezaron el mountain bike practicaban algunos de estos otros deportes. Y esta es la parte que en España ha fallado de manera estrepitosa. En Vancouver nunca se les vio a estos deportistas como enemigos de la montaña, sino más bien todo lo contrario, gente joven que practicaba un deporte sano y espectacular por un entorno fabuloso ¿Quién en su sano juicio no querría practicar este deporte? ¿Que padre preferiría que sus hijos hicieran otra cosa? Poco a poco se iban construyendo sus caminos por todo el valle que conecta Vancouver con Whistler; Grouce Mountain, Capilano, Squamish, Garibaldi, Whistler y Pemberton, conocido como el corredor «Sea to Sky» y a pocos kilómetros de la ciudad de Vancouver. Todo crecía demasiado rápido, un poco desordenado, senderos muy divertidos pero construidos con deficiencias por falta de materiales, visión técnica, permisos, etc,..

Así empezaron los problemas con autoridades y distintos usuarios del monte, por eso en 1989 Garibaldi Park Management decretó la prohibición de todo uso de la bicicleta de montaña en su reserva. Esta fue la razón por la que se fundó WORCA (Whistler Off Road Cycling Association), un grupo de apasionados del deporte y vecinos de la comunidad que decidieron luchar por sus derechos y empezaron a ordenar, mantener y legalizar todos los senderos del corredor Sea to Sky. Esta asociación con más de 1.800 socios en la actualidad es responsable del crecimiento exponencial del sector de la bici de montaña en todo el mundo, pero particularmente, ha conseguido encumbrar a su comunidad como líder mundial de constructores de senderos específicos para la bici de montaña y liderar el turismo de verano en su país. Ellos son los héroes de este cuento, pero como todos los héroes, tienen también importantes aliados que les echan una mano en momentos difíciles, y fue el RMOW (ayuntamiento de Whistler) los que les ayudaron en los inicios a conseguir sus primeros logros. Algo que aquí en España suena a chiste. ¿Que los que ayudaron a crear esta comunidad basada en el Freestyle y el descenso fueron del ayuntamiento? ¿Políticos? ¿Concejales? Si. Si a todo.

 

 

 

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Isaac, Turro & yo, «loving the trails», Canadá en 2012

 

La comunidad y el ayuntamiento vieron con sus propios ojos los beneficios de este magnífico deporte y de la mano, se unieron para crear el mayor y mejor sistema de senderos de todos los niveles y para todos los públicos del mundo. Al principio contratando a un solo trabajador para mantener y mejorar lo que hacían los voluntarios. Empezaron con las zonas más cercanas a la estación de ski y mientras el trafico aumentaba, de manera muy inteligente, crearon en toda la zona de Lost Lake y Village una red de carriles bici, pistas y senderos (para todos los usuarios, no solo bicis) excepcional. Esta red admite un gran volumen de usuarios y queda de manifiesto al público, turistas y autoridades, los beneficios de contar con una red de transporte de bajo impacto medioambiental por donde pasan cientos de miles de runners, ciclistas y peatones al año con un índice de conflictos entre los usuarios mínimo.

 

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Turro bajando el mítico DH maratón «Garbanzo» en Crankworx 2016

 

En 1998 abrió el mejor Bike Park del mundo. Como no, en Whistler. La ebullición de apasionados del deporte construyendo senderos por todo el valle aumentó en número y calidad. Muchos de ellos sin permisos. En esa época Chris Markle se enrolló la manta en la cabeza y estuvo 12 años trabajando como un esclavo, acampando semanas enteras en lo salvaje totalmente solo, enfrentándose a osos y pumas salvajes, a dueños de terrenos que no le dejaban continuar y hasta con el mismo ayuntamiento de Whistler. Pero lo que creó este Trail Builder fue «Confortably Numb» un sendero de 24 kilómetros que se ha convertido en lugar de peregrinaje de toda la cultura del Mountain Bike. Legalizarlo era una auténtica locura, pero con los años logró su cometido: convertirse en un Icono del MTB. Nombrado por la International Mountain Biking Association (IMBA) con el estatus de «Epic Ride», es sin duda el ejemplo de constancia, cabeza y valor en forma de un sendero.

Durante estos años WORCA y todos sus aliados, se centraron en mantener y mejorar los senderos más populares así como en arreglar y ajustar los senderos más problemáticos y peor pensados. A medida que el desarrollo del sector avanzaba, muchos de los negocios empezaban a depender única y exclusivamente de la bici de montaña y fue el momento en el que se gestó el cambio y llegaba ya más turismo de las dos ruedas que de golf, trekking, etc,.. El deporte había crecido tanto que ya no se centraba solo en los tres meses de verano, si no que empezó a tener una demanda muy grande en las tres estaciones que no son blancas.

 

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Rock Slab en «Top of the World» con Black Tusk al fondo, 2017

 

 

 

 

En 2005 salió a la luz el primer estudio del impacto económico del Mountain Bike en el valle y el propio ayuntamiento decretó una política de «pérdidas netas nulas» en cuanto a senderos se refiere, dándole así la importancia que se merecen. Es decir, el propio ayuntamiento ponía por escrito que no iban a dejar morir ningún sendero por falta de mantenimiento en toda la región, los iban a cuidar como un auténtico tesoro y si había que cerrar algún tramo de alguno de ellos, se compensaría con una extensión del sendero por alguna otra sección del mismo kilometraje. Y así fue como poco a poco, mediante acuerdos entre propietarios de fincas y el gobierno, estudios de impacto medioambiental, financiaciones, cuotas de socios, ayudas, visión de negocio, voluntariados y buena disposición de todos los participantes, se ha conseguido colocar al mountain bike en todo el valle como la primera fuente de ingresos del ayuntamiento en los meses de verano.

 

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Javi Molina convencido de que su Transition puede volar, A-Line, Whistler 2017

 

Recientemente ha salido un estudio más actual del impacto generado por el Mountain Bike en las zonas de Whistler (Bike Park), Lost Lake, circuitos de Cross-Country y Crankworx (el evento de mountain bike más con más éxito del planeta), no apto para incrédulos del deporte http://www.worca.com/2016-whistler-ei-study/

En este estudio me voy a basar para detallar la moraleja de este cuento tan idílico para todos los que amamos la naturaleza y la bici de montaña. Una moraleja que en España tendría un tono más lúgubre, con muchos protagonistas anónimos que se dieron de frente contra un personaje malvado que podría ser cualquiera; desde la envidia, a la corrupción, tradición, política, burocracia, falta de unidad, de visión, incultura,… Los antagonistas de este país son innumerables.

 

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La red de caminos de enduro y XC es mucho más extensa de lo que solo existe en el Bike Park. Aquí Turro experimentándo las sensaciones en «Half Nelson», Squamish

 

Este cuento acaba con que en Whistler (solo en el Bike Park) son más de medio millón de forfaits vendidos en 2016 ($69 dólares al día), de los cuales 102.500 son turistas. Casi 47 millones de dólares generados directamente en el Bike Park por los visitantes en sus vacaciones allí (de los cuales más de 18 millones son atribuibles a sueldos y salarios). Prácticamente 400 empleos creados solo en el Bike Park. Pero atribuible al bike park son también los 75.9 millones de dólares indirectamente en actividad económica solamente en la Columbia Británica. Otros 39.3 millones de dólares en producto interior bruto que vienen directos de la temporada estival y más de 14 millones recaudados de impuestos. Ahí es nada. La media de estancia en el bike park es de 6,6 noches, dejándose una media de casi 700$ al día y acumulando 18 millones y medio (solo en gastos de alojamiento, comida y compras) excluyendo los forfaits y el equipamiento de alquiler.

 

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Dani Castellanos, 12 años y un auténtico «shredder» local en los meses de verano. No dejéis de ver: 

 

La zona familiar de Lost Lake, dedicado más a las disciplinas de Enduro, tienen una media de visitas de 5,3 noches, gastando una media muy parecida de $676 la noche y generando un impacto económico de 7,8 millones de dólares (solo en gastos de alojamiento y compras, excluyendo los forfaits y el equipamiento de alquiler).

Lo atribuido a los caminos de Cross Country sube la media de visitas a 7,1 noches gastando un total de $896 al día y generando un impacto económico de 12,7 millones de dólares (solo en gastos de alojamiento y compras, excluyendo los forfaits y el equipamiento de alquiler).

Y ahora los números del evento más importante de Mountain Bike: CRANKWORX. El colofón de lo que esta moda ha creado. Una demostración de lo que se puede hacer con determinación, cabeza y visión, juntando en la misma semana a los mejores riders del planeta, con un espectáculo diario, donde aterrizan miles de enamorados del deporte que vienen de cientos de países de todo el mundo a participar, disfrutar y vivir, la celebración del Mountain Bike más espectacular.

 

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Así estaba Crankworx 2017 para el «Speed & Style»

 

Vinieron a verlo y/o a participar en el 130.158 personas. Gastando en una semana más de 14 millones de dólares, creando 126 puestos de trabajo y generando un impacto económico de 26,2 millones de dólares en toda la Columbia Británica. Con una recaudación de impuestos de 4,8 millones y en donde los asistentes al evento estaban una media de 5,5 días en Whistler se gastaron una media de $500 dólares al día.

El resultado del estudio en comparación con el último que se hizo en 2006, muestra un aumento de más del 35% en el bike park y de más del 65% en los senderos de Enduro y XC (Lost Lake).

 

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María Calleja, Chus Castellanos y Dani castellanos a punto de gozarlo por la montaña rusa mágica canadiense, el A-Line. Whistler 2017

 

Así que, que no nos cuenten cuentos. El mountain bike además de un modo de vida sano y perfectamente compatible con la naturaleza, es un modelo económico ejemplar y de crecimiento ilimitado. Hablo del Mountain Bike verdadero, el que transita senderos épicos, en lugares de naturaleza impresionante, bien construidos, buscando fluidez, pasos técnicos y diversión. No del Mountain Bike popular español de interconectar pistas construidas hace décadas y decir que es un rutón. Basta ya de sentirnos como auténticos villanos por bajar por un sendero divertido. Todo esto ha de cambiar. En nuestras manos está que cambie dentro de 10, 20 o 30 años.

Ojalá podamos escribir algún día un post que empiece «Erase una vez en Madrid,…»

 

Por encima de las montañas

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Vistas al río desde las cataratas de St. Mary en Glacier National Park, Montana.

 

Cuando pasas tiempo en la naturaleza, extraviado en lo salvaje y especialmente en las montañas, existe una sensación de tranquilidad difícil de hallar en nuestro día a día en el trabajo. Sensaciones que te llenan de humildad, felicidad, calma y eterna gratitud. Percibes con toda claridad la realidad de la vida (aunque ahora ya lo olvide poco a poco), lo insignificantes que somos y la necesidad imperiosa que tenemos los seres humanos de volver a conectar con la naturaleza. El naturalista John Muir escribió en uno de sus artículos «manteneos cerca del corazón de la naturaleza, y de vez en cuando romper hacia un lugar lejano intacto, escalar una montaña, pasar una semana en el bosque. Limpiar vuestro espíritu.» Pienso que por encima de las montañas, solo están Dios y nuestros antepasados, por eso pasar tiempo en ellas es una buena manera de conectar con nosotros mismos.

 

Este verano decidimos hacerlo. Conectar de nuevo con las montañas y los cielos estrellados. Un viaje en familia empezando por Seattle y su fabulosa costa y que nos llevó hacia el este hasta el Parque Nacional de Yellowstone, al norte hasta el Parque Nacional de Jasper y de vuelta por el lejano oeste canadiense hasta Vancouver. Nuestro primer Road Trip en mayúsculas con nuestra hija de 3 años puede parecer algo ambicioso por distancias y noches de camping, pero sin duda ha sido toda una experiencia.

 

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Lake Crescent, en la península de Olympic, Washington.

 

Quisimos que nuestra primera etapa del viaje fuera por la costa del estado de Washington para tener la sensación de hacer un plan de verano (playa, como buenos españoles). La costa no es infinita, pero casi, y es difícil elegir qué lugares visitar, aunque para nosotros las islas de San Juan era por donde queríamos empezar ya que es uno de los mejores lugares del mundo para avistar Orcas. El desembarque es en un pueblo de pescadores donde todo está cuidado al detalle: Friday’s Harbour, con un café fantástico (Cheesecake café) mirando a la marina y la bahía plateada. Allí se ofrecen múltiples servicios y actividades para disfrutar de la isla. Hacer kayak en el Lime Kiln State Park es sin duda la excursión más potente ya que puedes tener encuentros con estos increíbles mamíferos realmente cerca (ha de ser muy temprano por la mañana así que es imprescindible hacer noche en la isla). Otra opción por supuesto es contratar una excursión en barco, con dos salidas al día y con una mayor probabilidad de encuentros con este fantástico animal. También se pueden alquilar bicis o motos para recorrer la isla y disfrutarla a tu ritmo visitando todos sus parques, playas, desfiladeros y lugares en definitiva, mágicos. Tiene fama de ser uno de los lugares con más movimiento hippie de Washington State, además de un festival de jazz muy conocido (los primeros días de agosto).

 

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Friday’s Harbor, Islas de San Juan

 

No menos impresionante es conducir por la US 20 desde Anacortes (puerto de entrada a las islas de San Juan) rumbo al sur por  la isla Widbey haciendo parada en el parque estatal de Deception Pass (muy recomendable, vistas asombrosas y senderos preciosos) para después tomar el ferry y comer en el pueblo pesquero de Port Townsend. Una vez allí, ya estas en la península de Olympic, hogar de uno de los Parques Nacionales más impresionantes de todo E.E.U.U. tanto por extensión, como por variedad de ecosistemas ya que presume de tener selvas templadas a unas latitudes muy poco habituales así como la cadena de montañas Olímpicas de paisaje alpino y una línea de costa dramática famosa porque salía en la película de Crepúsculo (Ruby Beach). Todo en esta hermosa península es digno de ver y disfrutar con tranquilidad, dedicando un tiempo a explorar sus áreas más remotas. Aunque los lugares más turísticos como Hurricane Pass, el lago Crescent, las aguas termales y cataratas de Sol Duc junto con la selva de Hoh, fueron los lugares que más nos impresionaron.

 

 

Pero el viaje debe continuar, y aunque nos falte tiempo para disfrutar de todo como nos gustaría, hemos completado la lista de lugares que queríamos visitar de nuestra primera etapa en los alrededores de Seattle (creemos que con buena nota). Empezamos a dejar la costa atrás y nos adentramos hacia los enormes bosques de la Cordillera de las Cascadas y hacia la montaña más alta de E.E.U.U. continental; el Parque Nacional Mount Rainier. Un auténtico coloso de 4.392 metros sobre el nivel del mar y según dicen, uno de los volcanes más peligrosos del mundo, por la concentración de glaciares masivos (la mayor concentración de ellos en E.E.U.U. exceptuando Alaska). Esta formación es visible desde la capital de la Columbia Británica y desde cualquier avión comercial que vuele hacia Seattle o Vancouver. Su magnitud es tal, que llega a ser algo espiritual encontrarte con ella frente a frente.  Por eso Mt. Rainier es uno de los Parques Nacionales más bonitos que hemos conocido. Por sus bosques en las faldas del volcán llenos de cedros y abetos de hasta 1.000 años de antiguedad, por sus pintorescos pueblos de alrededor como Longmire o Pacwood, su fauna con osos, pumas y ciervos, fácil accesibilidad (Paradise, cuenta con un camino pavimentado para sillas de ruedas y carritos dentro de los 100 mejores paseos naturales de los E.E.U.U.), pero sobretodo, el contraste de las flores de todos los colores con el pulido granito de sus valles irguiéndose en la inmensidad del cielo azul y las relucientes nieves de sus glaciares. En definitiva, un lugar de visita obligada para todos aquellos que viajen a Seattle.

 

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Cumbre en el Paradise trail cerca del Panorama Point, Mount Rainier

 

Seguimos adentrándonos en el interior de los E.E.U.U. hacia el estado de Utah, con paradas interesantes como Rimrock Lake, las cataratas de Palouse Falls State Park o la sorprendente ciudad de Coeur D’Alane con su imponente lago. Si eres como nosotros y te gusta dar pedales en la naturaleza, aquí se encuentra una de las mejores zonas de cicloturismo de los E.E.U.U., con una vía ciclista por la naturaleza de 72 millas (119 kilómetros), perfectamente pavimentada y que conecta esta ciudad con el pueblo minero de Wallace. El contraste entre la ciudad y el pueblo es muy representativo de la cultura americana (antigua y moderna) y la naturaleza acompaña el viaje en todo su esplendor. El pequeño pueblo de Wallace es encantador, repleto de servicios muy originales y actividades en la naturaleza. Es la entrada al puerto de montaña de Lookout Pass, una estación de ski que cuenta con otra atracción imponente para las dos ruedas. El Hiawatha Trail, unas antiguas vías de tren adaptadas ahora al ciclismo de montaña que recorren 25 kilómetros de bosques con cedros ejemplares, túneles de más de 3 kilómetros por debajo de las montañas, puentes que cuelgan del cielo, antiguas aldeas mineras,.. Y lo mejor de todo es que es ¡Todo bajada! con una organización excepcional, bicis de alquiler para todos los gustos, carritos, vacas para el coche y hasta un servicio de recogida al final del camino que te vuelven a subir de vuelta hasta la estación de esquí para devolverte a tu coche y seguir el camino. Podéis ver todo esto y mucho más en http://www.ridethehiawatha.com/

 

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Vistas del Hiawatha Trail con uno de los puentes por los que se pedalea.

 

Y es que el camino a Yellowstone es largo. Es el precio que hay que pagar para llegar a un ecosistema de más de 9 millones de hectáreas de abundante naturaleza. Pasados los estados de Idaho y Montana, conocimos dos ciudades muy recomendables; Missoula y Bozeman (Wyoming) antes de llegar al Parque Nacional de Yellowstone. El primer pedazo de tierra protegido al avance de la humanidad de nuestra historia. Una isla ecológica dentro de un mar de impacto humano y uno de los pocos lugares del territorio norteamericano en el que todavía se puede imaginar (y recordar) lo que era el ciclo de la vida cuando todavía existían las grandes migraciones. Osos, lobos, pumas, ciervos, bisontes, alces, renos, castores, truchas y un sin fin de fauna muy fácil de encontrar. Géiseres, calderas, cráteres y ríos de lava extintos por donde pasan cataratas imposibles. Bosques, montañas, lagos y rápidos. Todo dentro de un parque muy bien capacitado donde a pesar de las grandes afluencias de público, puedes perderte en lo desconocido así como ver lo más turístico en familia y seguirás con la boca abierta.

 

 

La experiencia en camping es perfectamente recomendable, no hay nada como levantarse y desayunar con un bisonte a unos metros de la tienda de campaña y que tu hija alucine (literal). Los animales están tan tranquilos adentro del parque que en el camping es muy fácil encontrarte con muchos de ellos. Además están muy bien organizados, baños perfectamente limpios, parcelas con suelo vegetal (muy cómodo para montar tiendas), agujeros para el fuego con parrilla, duchas relucientes (de pago), lavandería, tienda, restaurante, charlas naturalistas cada noche, etc,.. Tan solo hay que ir bien preparados y tener un poco de suerte con el tiempo (a nosotros nos nevó en finales de julio). Los alojamientos en Lodge & hotel dentro del parque tienen un precio alto, pero lo más complicado es conseguir disponibilidad, por eso es muy importante adelantarse al máximo si quieres estar en las mejores localizaciones. A nosotros 5 días se nos hicieron cortos dentro del parque ya que las distancias son enormes, aunque mínimo diría que 4 días para ver lo esencial.

 

 

Pero este viaje no acababa aquí. Queríamos seguir adentrándonos en las rocosas y después de decir adiós a Yellowstone fuimos rumbo norte a otro Parque Nacional: Waterton-Glacier National Park, el primer Parque Internacional de la historia ya que lo comparten E.E.U.U. y Canadá. Lugar de nacimiento de 3 de los ríos más importantes de Norteamérica; Nelson, Columbia y Mississippi. El macizo montañosos considerado como «la corona del continente» atrae a las especies de los territorios del norte, especies marítimas del oeste, de las praderas y sabanas de Ontario y como no, las del sur de las rocosas. Todo en un espacio muy reducido y de topografía espectacular. Glaciares, bosques, lagos, ríos, picos y llanuras repletos de senderos muy bien comunicados entre si gracias a un sistema de lanzaderas que cada 30 minutos recorre la arteria principal del parque y conecta cada entrada y salida de los senderos con los parkings y centros turísticos, permitiendo así una movilidad excelente. Seguimos además en tierras de osos y grandes carnívoros como el puma y el lobo con un índice de supervivencia exagerado, por eso siempre recomiendan llevar siempre un spray anti osos y evitar caminar solo, siempre en grupo y haciendo ruido, para evitar encuentros peligrosos.

 

 

Como nuestro viaje trataba de alejarnos de la rutina al máximo huyendo de teléfonos, televisiones y luz artificial, seguíamos con nuestro plan de acampar y disfrutar de las noches a la luz de la Vía Láctea. De veras es impresionante lo prohibido que tenemos verla en los lugares más habitados del planeta. Según un informe de International Dark Sky Asociation, más de DOS TERCIOS de los estadounidenses no pueden ver la Vía Láctea desde sus casas y si todo sigue como hasta ahora un 99% no la podrán ver en el 2030 https://www.nps.gov/glac/learn/nature/night-sky.htm. No somos conscientes de la importancia que tiene para los animales (y nosotros mismos) los cielos no contaminados luminicamente ya que se guían por ellos para cazar, reproducirse, navegar o simplemente saber donde están. Monte Rainier, Yellowstone y Glacier son parques que cuidan mucho la contaminación lumínica y por eso las noches en la intemperie escondían un regalo tan especial. Así que pasamos de largo la ciudad de Calgary y fuimos directos a por otro Parque, esta vez en Canadá, el Parque Nacional de Banff.

 

 

Primera noche (de tres) en un camping más modesto que los que encontrábamos en E.E.U.U. aunque si hay que decir que las duchas no son de pago (eso es un plus), pero un estado de alerta por riesgo de fuego en todo el territorio de Alberta y British Columbia nos negaba la posibilidad de encender nuestras fogatas, así que menos contaminación lumínica para los cielos canadienses. El pueblo de Banff tiene muy buen ambiente, con miles de actividades que hacer y en donde lo esencial es visitar las Cascadas del río Bow y el Teleferico de Banff a la cima Mtn. Sulphur (increíbles vistas), así como excursiones de rafting (imposible con la pequeña) e infinidad de senderos para terminar con un café obligatorio en el hotel Fairmont. De camino a Lake Louise es imprescindible visitar el Cañón Johnston y hacer un pequeño paseo a las cascadas Upper. Ya en el bonito (y concurrido) Lake Louise, es muy recomendable el paseo a un salón de té que sale por un caminito del hotel Fairmont, parecido al de Banff, pero con menos encanto. La puesta de sol en el Morrain Lake es muy recomendable.

 

 

Tres días en Banff son pocos, así que si podéis, estirarlos. Nosotros tuvimos que poner rumbo a Jasper y de camino nos encontramos con la carretera escénica más bonita de todas, se disfruta cada metro, por eso recomendamos conducir despacio, admirando la belleza de las rocosas y hacer paradas en diferentes miradores y puntos de interés; Glaciar Crowfoot, Peyto Lake, Bow Lake, Cascadas Sunwapta y Athabasca, etc,.. Solo el trayecto es merecedor del viaje, aunque tengas pocos días, simplemente es sobrecogedor. Además de la posibilidad de ver desde el coche ciervos, osos, aves,… Jasper tiene la perfecta armonía entre entorno y ambiente, la sensación es que el pueblo es jóven, deportista y comprometido con su espectacular naturaleza. Allí encontrarás todos los servicios que puedas necesitar y esta vez el camping, bastante mejor que el de Banff. La primera mañana nos encontramos con un oso negro subido a la copa de un árbol en nuestro camping y fue absolutamente delicioso verle trepar el cedro antes de empezar nuestra caminata. Realizamos una excursión muy bonita que a lo largo del río Atthabasca y hasta el lago Annette donde pasamos la tarde en la playa disfrutando de un merecido descanso. Y es que las posibilidades de andar por senderos en Jasper son prácticamente ilimitadas, con senderos también para bici de montaña, actividades como rafting, excursiones a caballo, lugares impresionantes como el lago Maligne. También cuenta con otro Fairmont, esta vez más tipo Lodge en una ubicación de nuevo mágica con un precioso lago y las mejores vistas de Jasper. Subir al teleférico y disfrutar de sus vistas espectaculares te permiten en días de claridad, ver Mt. Robson (la montaña más alta de las rocosas canadienses).

 

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Un oso negro encima de nuestras cabezas sobre el sendero del río Athabasca

 

Pero es que Banff y Jasper son solo el principio si te quieres extraviar en el oeste Canadiense. Después de conocer el Mt. Robson y si tus ganas de viajar te lo permiten, puedes seguir las rocosas hasta llegar al Yukón, adentrarte en Alaska y bajar en barco por los fiordos conociendo la isla de Vancouver. Whitehorse, Denali, Toffino,… Son tantos los lugares que se quedan en el sueño de bosques y montañas por conocer, que a pesar de haber recorrido más de 6.000 kilómetros de pura naturaleza, seguimos queriendo más. Sueños que se repetirán a lo largo del año transmitiendo fuerza y voluntad de cumplirlos. Sueños que también ayudan a vivir.

Cerramos los ojos, soñamos y en tres, dos, uno, estaremos haciendo maletas de nuevo.

 

Claves para el éxito de un viaje con niños:

-No seguir un guión muy estricto de viaje, dejando lugar para la improvisación.

-Intentar agrupar muchos días en los puntos más interesantes del viaje, para que en caso de no llegar a tiempo, puedas permitir eliminar un día.

-No viajar más de 400km en un solo día.

-Llevar juguetes fáciles de usar en un coche así como una buena playlist de canciones infantiles que le gusten.

-Para niños de 4 años, intentar mantener los caminos sin mucha elevación, circulares y que no excedan de los 5 kilómetros.

-Tener siempre agua y comida y ropa de abrigo.

-Paciencia y empatía.

-No ser exigente con la cantidad de lugares y actividades que se quieran conquistar

-Llevar siempre un seguro de viaje familiar, ya no solo por cosas graves (razón fundamental), también pueden pasar cosas sencillas como perderte la maleta en el avión con todas las fotos del viaje (como es nuestro caso) y reclamar sin seguro puede convertirse en una auténtica pesadilla.

 

CARMEN

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Precioso día para celebrarte madre. Nombre de seis letras (tres más tres#33), que significa música y que me descubrió a Elvis, Beattles y Bob. Nombre que me lleva directo a casa de la abuela (ella también se llama como tu) en Canillejas, o a cualquiera de los atardeceres de tus cuadros. Patrona de los marineros, y de alguna extraña manera, tienes un hijo que siempre se sintió un poco del mar, por eso el significado es doble.

 

 

Eternamente agradecido de absolutamente todo lo que me has dado. Especialmente de todo lo intangible. Siempre aúpa. Siempre agarrado a tu cuello. Siempre contigo desde que nací.

 

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Perdón por aquella vez que con 6 años me enfadé contigo y rompí una foto en la que aparecíamos juntos que te había hecho en el colegio con fotos veladas en rojo  (con un corazón gigante recortado). Recuerdo tu cara cuando la rompí. Jamás la he olvidado. Perdón también por todas las que te he liado desde entonces (muchas más de las que me gustaría).

 

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Gracias por enseñarme la importancia de ser feliz. Aunque haya sido de la manera más cruel. Lo que fui, lo que soy y lo que seré, viene de ti. Desde que no podía vivir sin tu ayuda y te necesitaba hasta para la más estricta de mis necesidades, hasta cuándo no quería saber nada de ti, porque te culpaba de todo lo malo que había pasado en mi vida.

Todo siempre vuelve a ti. Ahora y siempre.

 

Te quiero.

 

 

Ruta del Cacao

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Verde, exhuberante y llena de vida, así es la ruta del cacao. Un viaje que recorre la zona sur del estado de Bahia, la región más importante en producción de cacao en Brasil así como  uno de los únicos lugares del mundo que conserva la Mata Atlántica, una de las selvas más amenazadas del planeta (solo encontrada en Argentina, Paraguay y Brasil).

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Una costa muy poco conocida por el turismo masivo pero muy familiar para todos aquellos que aman la naturaleza, el mar y la cultura baiana. La ruta comienza en Ilheus, la ciudad más importante de la época dorada del cacao, famosa por ser la ciudad que vio nacer a Jorge Amado y que conserva todavía joyas como la catedral de San Sebastián, el teatro municipal o el famoso bar Bataclán. Si seguimos la ruta hacia el norte, nos adentramos en el corazón de la APA (Area Ambiental Protegida) de Serra Grande, zona declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO para la conservación de la Mata Atlántica. De este antiguo bosque neotropical que solía cubrir más del 15% del territorio de Brasil (recordemos que es el 5º país más grande del mundo), hoy en día solo se conserva un 7% del área original (si, hemos devastado el 93% restante).

Por eso allí nos encontramos con la Fazenda Juerana Milagrosa. Una hacienda ecológica que nace del amor a la conservción de este ipresionante lugar, con habitaciones cómodas pero sencillas, una agradable sala común y un restaurante vegetariano donde el 99% de los ingredientes son orgánicos y provienen de la misma finca. Una antigua hacienda de cacao comprada por sus actuales dueños en el año 2.000 solo para impedir que se siga talando y exterminando este importante entorno en pro de otras formas más rentables de explotar tierras como la ganadería o el monocultivo. Hoy en día sigue produciendo un cacao 100% ecológico y ofrece opciones de trekking muy interesantes, baños en cascadas espectaculares, descenso en kayak hasta playas paradisíacas y en definitiva, una conexión con el mundo natural muy especial.

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Alrededor de Serra Grande tenemos otras opciones de alojamiento de distintas categorías como lo es el Txai Hotel, que pertenece a la lujosa cadena de Relais and Chateaux, con un nivel de servicios excelente, en un lugar privilegiado que sin duda hará las delicias del cliente más exigente. Todo siempre bajo el paraguas de la conservación y el respeto a este hábitat tan amenazado y único en el mundo, que en este caso también está involucrado en un importante proyecto para la conservación de tortugas marinas; Proyecto Tamar (www.tamar.org.br/)

En esta zona que recorre desde Ilheus hasta Salvador, el cacao está presente en los paisajes, en la economía y en la cultura de cada lugar, aunque quizás donde más se palpa es en Taboquinhas, un pequeño pueblo al interior de Itacaré a orillas del río Contas donde el cacao se escribe con mayúsculas. Allí, además de un raffting divertidísimo clase IV, existen varias haciendas que explican al detalle el proceso de cómo el cacao se convierte en chocolate. La planta crece con un método tradicional denominado «cabruca», un sistema de agricultura basado en crecer las plantas de cacao bajo la sombra de los grandes árboles de la Mata Atlántica mediante un proceso de limpieza de matorrales y arbustos pequeños. Gracias a este método (y a pesar de introducir ciertos cambios en la alimentación y comportamiento de las más de 1.600.000 especies que viven en él), el cultivo del cacao es el responsable de que hoy en día todavía se conserve ese 7% de un hábitat tan crucial para nuestro planeta. -Se calcula que 120 millones de personas dependen de este ecosistema (la segunda selva más amenazada del planeta), ya que es la selva quien regula el clima, la temperatura, la estación seca y lluviosa, los acuíferos que abastecen de agua a las grandes ciudades y la fertilidad de los campos.-

En Taboquinhas se encuentra la Hacienda Vila Rosa, una hacienda-palacete con más de 150 años de historia en la que Bibi, el encargado de la finca (y heredero directo del antiguo terrateniente) es el que te lleva de paseo por sus campos, fábrica y hasta por las habitaciones del hotel con historias que te hacen sentir como en 1900. Todo esto en un lugar mágico rodeado por piscinas naturales, una densa vegetación y la niebla tan característica del río Contas.

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En su desembocadura encontramos Itacaré, conocido en el mundo entero por sus olas y playas paradisíacas como Tiririca o Jeribucaçu, lugar de culto para surferos y artesanos que buscan un sitio donde conectar con la naturaleza y alejarse de las grandes ciudades. Un pueblo que conecta mediante un trekking inolvidable de varias horas cascadas, playas, selvas, buceo y  hoteles y restaurantes con muy buena onda. Un pequeño pueblo de calles de arena que mantiene aún el encanto de un pueblo de pescadores, todo ello rodeado de esa espesa selva baiana.

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Siguiendo al norte, nos encontramos con otro lugar mágico; la península de Maraú. Un idílico lugar para terminar la ruta cultural del cacao en lo que son algunas de las mejores playas del litoral brasileño, con una laguna de agua dulce a un lado y en el otro, un mar bravo perfecto para surfear y pescar, combinado también con arrecifes que forman piscinas naturales perfectas para el baño. Todo en pousdas tan especiales como Lagoa do Cassange, perfectamente localizada frente a una de esas piscinas naturales de arrecifes y especializada en turismo colaborativo con comunidades locales, con un proyecto-escuela para llenar el tiempo libre de los niños y jóvenes de Maraú, especialmente Involucrados en el medio ambiente y en mantener su identidad, costumbres y raíces. La posada cuenta con una oferta de excursiones muy interesantes como pesca tradicional con pescadores locales, o noches de samba con las comunidades cercanas.

Todo viaje tiene su fin y que mejor final que en la ciudad de Salvador, en el mítico barrio del Pelourinho, con una buena batucada y una caipirinha, gastando tu tarjeta de memoria fotografiando cada tejado, esquina o lucha de capoeira. Perdido en una puesta de sol en Barra o dando una ofrenda a la diosa Yemanyá en Río Vermelho. Comprando un recuerdo en cualquiera de sus mercados con sus pulseras de colores, estatuas de dioses o collares de semillas. Cenar una deliciosa moqueca junto con una Bohemia y escuchar una canción de Vinicius mientras dices adiós a los baianos, esperando recordar por un tiempo al menos, su eterna sonrisa.

Paisajes Patagónicos

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“Llegamos a la base de las Torres después de haber pasado por cada una de las cuatro estaciones del año. Era invierno cerrado a pesar de estar en pleno verano chileno y esperábamos urgentemente a que el cielo abriera para poder ver las Torres. La caminata desde la hostería nos había regalado ya un águila Mora, un precioso Gavilán y unos antiguos bosques de Lenga mágicos. Habíamos pasado por hermosos lagos, ríos, cascadas y en un momento de lluvia furiosa tuvimos que hacer un merecido descanso en el acogedor refugio El Chileno. Tres horas de subida y a tan solo 900 metros sobre el nivel del mar es donde acaba uno de los senderos más transitados del Parque Nacional Torres del Paine, pero seguía nevando y la niebla no nos dejaba ver las torres…”

 

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La esencia de un viaje es lo que se queda en la memoria a través del tiempo, y un viaje a La Patagonia está repleto de momentos que nunca olvidarás. La estepa árida colmada de arbustos, matas y yerbas, es el hogar de pumas, guanacos y tan solo unos pocos seres humanos. Vigilada por el majestuoso vuelo del Cóndor y la cordillera de los Andes esta es una tierra de imágenes imborrables.

 

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Empezando por el cruce andino desde Puerto Varas (Chile) hasta Bariloche (Argentina), el viaje recorre una serie de lagos, bosques y cordilleras impresionantes. Primero con el volcán Osorno en el lago Llanquihué, cónico y de perfectas dimensiones. El Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y sus senderos de suelo volcánico donde puedes divisar los rápidos y las cascadas del río Petrohué. El lago de Todos los Santos, de color esmeralda y sus volcanes Tronador y Puntiagudo. Uno ruge como un trueno al desprender enormes trozos de hielo de su glaciar y el otro parece un hormiguero de tamaño colosal. Espesos bosques de Lengas de 40 metros de altura, vestigios de que el cono sur americano y Nueva Zelanda y Australia una vez estuvieron unidos en el Super-continente Godwana. El lago Nahuel Huapi da nombre al primer Parque Nacional de Argentina y al más extenso, uno de los destinos turísticos más importantes del país con infinitas posibilidades de ocio tanto en invierno como en verano y un lugar que a nadie deja indiferente.

 

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Un poco más al sur seguimos adentrándonos en tierra patagónica hacia El Calafate, un pueblo con muy buen ambiente y una base de operaciones perfecta para visitar el Parque Nacional de los Glaciares y el Perito Moreno. Buenos hoteles y servicios, restaurantes deliciosos de asados patagónicos, artesanía, museos y una hermosa vista al lago Argentino. La masa de hielo del «Perito» impresiona incluso al más experimentado de los viajeros. Con sus 5km de longitud, el glaciar más famoso del mundo goza de una buena salud (está estable) y en sus momentos de máxima expansión llega a conectar con la Península Magallanes dividiendo el lago Argentino en dos y originando un desnivel entre los dos brazos del lago que por presión llega al colapso y finalmente se derrumba, un espectáculo que todo turista sueña con presenciar y que ha sucedido recientemente. Además de un tamaño colosal (con altura media de 75 metros por encima de la superficie y una profundidad máxima de 170 metros), el ruido ensordecedor cuando se desprenden los trozos del glaciar provocan una profunda ansiedad de fotografiar cada perspectiva del “Perito” y capturar alguno de esos bloques desprendiéndose. Se ofrecen unas excursiones excelentes como la del «Big Ice» (excursión de todo el día con crampones por encima del hielo), múltiples navegaciones por uno y otro lado del brazo del lago y por supuesto, las magníficas pasarelas con las mejores vistas del glaciar.

 

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Detrás del glaciar, encapsulado en la cordillera andina se encuentra la masa de hielo patagónica (campos de hielo sur), la segunda concentración de hielo más grande de America (después de Stikine de Canadá y EEUU) y tan solo superada por las plataformas de hielo de Groenlandia y la Antártida. Una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta. Este Campo se puede divisar en las excursiones a la Estancia Cristina desde El Calafate, en navegaciones al glaciar Upsala (para viajeros que buscan comodidad) o desde los innumerables senderos de la capital del trekking mundial El Chaltén y su impresionante montaña Fitz Roy (si lo que buscas son experiencias irrepetibles). Ambas altamente recomendables.

 

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Un poco más al sur y entrando en el país chileno nos encontramos con el macizo granítico de Las Torres del Paine (las torres del cielo azul), sin duda una de las atracciones más famosas de la Patagonia. Una cordillera formada por 4 picos que rozan los 3.000 metros de altitud donde el viento y la climatología son extremos. De un momento a otro puedes pasar de vientos huracanados a un día de verano completamente calmado. Votado por National Geographic Society como uno de los 5 lugares más bonitos del mundo, el lugar, las imponentes torres y ese increíble contraste entre la estepa amarilla, lagos multicolores, bosques de lengas, macizos graníticos y nieves, dan al Parque Nacional el colofón a un viaje ya de por sí sublime.

 

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“…Seguimos esperando haciendo lo posible por no congelarnos y estuvimos a punto de bajar sin divisar las torres cuando vimos que se empezaba a hacer tarde, pero un té caliente con jengibre de nuestro guía, una pequeña dosis de paciencia, suerte y perseverancia, hicieron que la borrasca cediera durante unos minutos. Visto desde su base, con una pared vertical de prácticamente 2.000 metros desde nuestra perspectiva, el colosal macizo de granito en contraste con el cielo azul es simplemente sobrecogedor.”

Un mal día para el Mountain Bike

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Siempre he visto los conflictos que afectan a la bicicleta como algo que va personalmente en mi contra, quizás por mi firme convicción de que este deporte merece una infraestructura mejor y una mayor aceptación en la cultura de nuestro país o simplemente por que es lo que más me gusta hacer. Por el motivo que sea cada vez que atacan a nuestro deporte lo intento defender a ultranza, en mi grupo de amigos, con la familia, en las redes sociales o en mi blog personal. Pero esta vez no.

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Hace unos meses un grupo de seis personas subían caminando por la vía pecuaria que une dos pueblos del noroeste de Madrid (Las Rozas con Galapagar), un camino muy conocido y transitado por muchas personas, tanto ciclistas como peatones y también caballos. Se trata del Camino del Paredón, una pista de unos 5 km, con unos 4 o 5 metros de ancho a lo largo de todo el recorrido, acumulando 200 metros de desnivel. Una pista con muy pocas curvas, con algunos cambios de rasante y repleta de regueros peligrosos. Un camino con un mantenimiento lamentable por el que las velocidades (en bici) pueden llegar a ser absurdas.

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Era un domingo por la tarde y estas tres parejas paseaban tranquilamente cuando de pronto una bici salió de la nada y a punto estuvo de llevarse a alguno del grupo puesto de sombrero. Ninguno se dio cuenta que un instante después bajaba otro ciclista a la persecución del primero. La suerte esta vez no estuvo de parte de uno de ellos que al esquivar al primero no pudo repetir el movimiento tan seguidamente. El resultado fue un atropello frontal que le hizo caer de cabeza contra unas piedras con el angustioso resultado de una conmoción cerebral y amnesia temporal. Mientras todo el grupo se preocupaba por el herido en estado de shock, este “biker” se subió de nuevo a la bici y se fue sin mirar atrás.

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Finalmente el herido pasó solo unas horas en el hospital hasta que le dieron el alta y todo quedó en un susto, pero es imposible no hacerse preguntas como: ¿Y si no hubiera sido así? ¿Si nos ponemos en el peor de los casos y el golpe acaba en un desastre? ¿Qué pasaba por la cabeza de este “biker”? Tiempo después del nefasto episodio, he paseado más de una vez con el herido y cuando nos encontramos con cualquier ciclista su actitud siempre es crítica, porque siempre pasan muy deprisa, demasiado cerca, porque se creen los dueños de la carretera, porque no paran en un stop o porque lo hacen en todo el medio de una acera para peatones. Su actitud se asemeja a la que los ciclistas tenemos de los coches y camiones, lo único que es capaz de ver son vehículos más grandes, más pesados y con mayor inercia que ponen en peligro a los peatones.

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Por eso, mientras haya personas subidas a una bicicleta sin educación ninguna y capaces de bajar a velocidades absurdas por pistas anchas, ciegas y repletas de peatones, seguiremos en horas bajas para el Mountain Bike.